


Viendo el desenfreno desatado en la ciudad dicta unas ordenanzas según las cuales las prostitutas que habitaban en la Casa de Mancebía local debían ser trasladadas, durante la Cuaresma, fuera de la ciudad, para que los hombres de Salamanca, sin la presencia de busconas, evitasen las tentaciones del pecado de lujuria. A partir del Miércoles de Ceniza dichas meretrices eran trasladadas al Arrabal del puente, al otro lado del río Tormes. Hasta el primer lunes después del de Pascua permanecían bajo la custodia del Padre Lucas, a partir de entonces conocido como Padre Putas. En esta fecha éste las conducía de vuelta a la ciudad, vitoreado por una multitud de estudiantes que no ahorraban en hornazo, bebida y bailes para celebrar la llegada de estas cortesanas con una fiesta en las riberas del Tormes y en barcas engalanadas.

Así que charros y visitantes, os invitamos a salir el próximo lunes a buscar a nuestras prostitutas y celebrar el regreso de la carne y el pecado y de paso comer hornazo y beber hasta no conocer…¡y brindar por el Padre Putas!