Un pequeño homenaje desde aquí a esos personajes que hacen nuestra ciudad tan especial.
Puede que muchos no conozcan su nombre, pero probablemente los oídos de gran parte de los salmantinos se han sentido atraídos por la melodía procedente de su violín. En el 2000, Salamanca se topó en el camino del músico callejero Michael Heaeter, y desde entonces este inglés es un personaje más de la ciudad.
Si me pongo cámara en mano por Santiago tampoco acabaría nunca. Y lo cierto es que tenerlos tocando es tan agradable. Un día me encontré con dos señores que cantaban el Nesun Dorma (o como se escriba) mejor que cualquier otro cantante de ópera. Ole por ellos, que no lo tienen fácil. Biquiños!
ResponderEliminarUna belleza de melodía la que surge del violín... sin quitar méritos al que lo toca.
ResponderEliminar1 saludo.
Espero que este buen hombre no haya tenido que pasar un exámen para poder tocar en la calle, tal y como se está poniendo de moda, que con tal de regular y sacar dinero, ya dentro de poco pasarán a recaudar diariamente parte de las ganacias del día por hacerles el gran favor de permitirles utilizar la vía pública.
ResponderEliminarBelleza para los oidos, he tenido la suerte de oirle en directo, lástima que el escenario no era el apropiado, pero sí el idílico, liberar las notas y dejar que viajen por el aire para terminar posándose incluso en los oidos más sordos.
ResponderEliminarSaludos.
La idea me parece muy buena, mejor hacerle homenajes a quien los merece.
ResponderEliminarA veces no nos damos cuenta de las cosas que tenemos a fuerza de acostumbrarnos a ellas a diario.