Dedicada al segundo aniversario de Sobre lo Humano y lo Divino por Elvis desde Graceland
Hola a todos.
Como ya sabrán, mi blog “Graceland”, ha sido nominado para los premios Mejor Blog Humano
y Divino, por los propietarios de este blog. Como consecuencia más directa, he sido invitado a
escribir un post, en el blog Sobre lo Humano y lo Divino, o sea, éste mismo blog que está usted
leyendo y del que es asiduo lector… ¡incautos! Allá ustedes si me leen, y aunque la temática
del post puede ser libre, yo voy a escribir precisamente sobre eso, sobre lo Humano y lo
Divino…
De lo humano puedo hablar con bastante propiedad, pero para hablar de lo divino estoy un
poco verde aún. Así que me centraré en lo humano, porque yo, al igual que usted y el resto de
las personas que nos rodean, tenemos mucho de humano y poco, por no decir nada, de divino.
Y además, a mí en particular, ser humano es algo que me sale bastante natural, hasta el punto
de ser… divinamente humano.
Ser humano significa bastantes cosas. Más de las que puede parecer a simple vista. Entre
otros significados, supone ser imperfecto. Porque la perfección, que dicen por ahí que no
existe, si que existe, pero es exclusiva del ser divino. No, no me refiero a aquél o aquella que
se consideran divinos de la muerte, no, si no a divino de la vida, de los de verdad. Y ni usted, ni
yo, somos divinos, nosotros somos humanos, ¿recuerda?, imperfectos de pies a cabeza…
Y como seres imperfectos que somos, cometemos errores y tenemos malas costumbres. O si le
parece mejor, tenemos la mala costumbre de cometer errores. Porque errar es de humanos, y
según la frecuencia de ejercitar la mala costumbre de tener errores que tenga cada individuo,
sumado al grado de importancia que tenga ese error, nos dará el grado de imperfección de
cada individuo. No, yo tampoco entiendo muy bien lo que acabo de decir, así que volvamos a
leer… Sí, eso, he querido decir exactamente eso. Por lo tanto, habrá quien tenga un grado de
imperfección de, digamos por ejemplo, el 98%, con el que se acercará bastante a la perfección,
y habrá quien se quede en un 53%, en una imperfección bastante evidente.
Está claro, que no todos los errores tienen la misma relevancia, y no tiene el mismo grado de
importancia echarle azúcar a una tortilla, en lugar de echarle sal, que dejarse abierta la puerta
de casa, pero… en ambos casos alcanzará la perfección, y habrá conseguido ser un perfecto
despistado… Lo cual resulta paradójico, ya que la perfección nos lleva a la imperfección. Y no
sólo eso, si no que además, escupiremos la tortilla y, seguramente, nos encontremos la casa
vacía…
Pero no desespere. Usted tiene la coartada perfecta: es humano, ¿recuerda?, así que cualquier
error que cometa, estará justificado, porque es humano y errar es de humanos. En cambio, si
usted fuera divino y cometiera un error… no tendría justificación. Yo no sé si usted sería capaz
de vivir con tanta presión, yo no y por eso soy humano. Porque cometo errores quiero decir, y
además sin recibir ningún tipo de presión, con total naturalidad y desparpajo…
Pero qué pasaría si usted fuera divino y cometiera algún error. Supongo que la consecuencia
significaría el descenso de categoría. Y… ¿A qué categoría? Seguramente a una categoría no
divina, pero vaya usted a saber… A mí no me ha pasado nunca, soy humano… ¿recuerda?.
Como ya sabrán, mi blog “Graceland”, ha sido nominado para los premios Mejor Blog Humano
y Divino, por los propietarios de este blog. Como consecuencia más directa, he sido invitado a
escribir un post, en el blog Sobre lo Humano y lo Divino, o sea, éste mismo blog que está usted
leyendo y del que es asiduo lector… ¡incautos! Allá ustedes si me leen, y aunque la temática
del post puede ser libre, yo voy a escribir precisamente sobre eso, sobre lo Humano y lo
Divino…
De lo humano puedo hablar con bastante propiedad, pero para hablar de lo divino estoy un
poco verde aún. Así que me centraré en lo humano, porque yo, al igual que usted y el resto de
las personas que nos rodean, tenemos mucho de humano y poco, por no decir nada, de divino.
Y además, a mí en particular, ser humano es algo que me sale bastante natural, hasta el punto
de ser… divinamente humano.
Ser humano significa bastantes cosas. Más de las que puede parecer a simple vista. Entre
otros significados, supone ser imperfecto. Porque la perfección, que dicen por ahí que no
existe, si que existe, pero es exclusiva del ser divino. No, no me refiero a aquél o aquella que
se consideran divinos de la muerte, no, si no a divino de la vida, de los de verdad. Y ni usted, ni
yo, somos divinos, nosotros somos humanos, ¿recuerda?, imperfectos de pies a cabeza…
Y como seres imperfectos que somos, cometemos errores y tenemos malas costumbres. O si le
parece mejor, tenemos la mala costumbre de cometer errores. Porque errar es de humanos, y
según la frecuencia de ejercitar la mala costumbre de tener errores que tenga cada individuo,
sumado al grado de importancia que tenga ese error, nos dará el grado de imperfección de
cada individuo. No, yo tampoco entiendo muy bien lo que acabo de decir, así que volvamos a
leer… Sí, eso, he querido decir exactamente eso. Por lo tanto, habrá quien tenga un grado de
imperfección de, digamos por ejemplo, el 98%, con el que se acercará bastante a la perfección,
y habrá quien se quede en un 53%, en una imperfección bastante evidente.
Está claro, que no todos los errores tienen la misma relevancia, y no tiene el mismo grado de
importancia echarle azúcar a una tortilla, en lugar de echarle sal, que dejarse abierta la puerta
de casa, pero… en ambos casos alcanzará la perfección, y habrá conseguido ser un perfecto
despistado… Lo cual resulta paradójico, ya que la perfección nos lleva a la imperfección. Y no
sólo eso, si no que además, escupiremos la tortilla y, seguramente, nos encontremos la casa
vacía…
Pero no desespere. Usted tiene la coartada perfecta: es humano, ¿recuerda?, así que cualquier
error que cometa, estará justificado, porque es humano y errar es de humanos. En cambio, si
usted fuera divino y cometiera un error… no tendría justificación. Yo no sé si usted sería capaz
de vivir con tanta presión, yo no y por eso soy humano. Porque cometo errores quiero decir, y
además sin recibir ningún tipo de presión, con total naturalidad y desparpajo…
Pero qué pasaría si usted fuera divino y cometiera algún error. Supongo que la consecuencia
significaría el descenso de categoría. Y… ¿A qué categoría? Seguramente a una categoría no
divina, pero vaya usted a saber… A mí no me ha pasado nunca, soy humano… ¿recuerda?.
Desde luego, prefiero ser humano a divino...
ResponderEliminarYo soy un cúmulo de imperfecciones... al fin y al cabo eso es lo que nos hace diferentes... y a la vez... únicos.
1 abrazo.
Entonces reúnes todas las cualidades necesarias para ser humano. Incluso es posible que seas divinamente humano, así que ambos podemos estar tranquilos porque la divinidad no nos alcanzará.
EliminarAbrazo.
Si se pudiera alcanzar la perfección de la imperfección por ahí ando, soy una perfecta imperfecta, y no me dejo casi ningún error por cometer, lo hago por mi propio bien, dicen que de los errores se aprende, debo tener ya un master.
ResponderEliminarBesos
Inmagina, de eso se trata. Además, es un máster gratuíto y apenas hay que estudiar, se aprende sólo.
EliminarÁnimo con esa entrada y que se anime la fiesta.
Saludos.
Yo, como puede apreciarse, estoy a medio camino entre lo uno y lo otro, y conociendo ambos extremos puedo hablar con propiedad y sin temor a equivocarme os digo que me quedo con el punto intermedio... Como Hércules cuando Hades le jodió la vida... Es decir: Sentimientos e intenciones divinos pero con la posibilidad de equivocarme y rectificar, como cualquier mortal.
ResponderEliminarUn beso Elvis & Cia.
Novicia, jajaja, entiendo que uno pueda estar a medio camino, pero quedarse ahí voluntariamente no es lícito. O humana ó divina, así que elige jajajaja.
EliminarBesos.
Como ni usted ni yo somos divinos, joven? hable por usted, por que yo soy divino...y de la muerte, oiga!!!
ResponderEliminarMuchas gracias estimado Elvis y con esta magna entrada damos por inaguradas las celebraciones y votaciones para el blog mas humano 2013.
Se bueeeeeno!
Maestro, ay madre!!, divino de la muerte... a ver si estoy hablando con un fantasma... Me quedaría más tranquilo si fuera divino de la vida, que lo otro me da yuyu...
EliminarIntentaré ser bueno..., pero soy humano ¿recuerda?
Abrazo.
Se me olvidaba Inmaginna, que la estamos esperando a usted!!!
ResponderEliminarCoño! ¿Tengo que hacer una entrada aquí? ¿Y a dónde la envío? No sé como va esto
EliminarDivina? humana? divina? humana? xro human, mortalmente humana y deseosa d alkanzar el cielo en kualkier momento.
ResponderEliminarKss.
P.D: Inma, hazla en word y paxala al correo de contacto cn ls fotos.
Ok, gracias
Eliminarkatty, mejor humana, que en el cielo, ya se sabe, dicen que los ángeles no tienen sexo. Aunque no sé si se refieren a que son todos iguales (del mismo sexo), o a que no lo catan... Mejor no adivinarlo.
EliminarBesos.
En primer lugar agradecerte Elvis tu colaboracion y la molestia de haber escrito esta gran entrada, en la cual si es cuestion de tortillas, he de decir que ni sal ni azucar, que realmente, no se hacerlas...las tortillas, que soy mas de salir de pinchos si me apetece tortilla. Asi que no siendo humano, ni mucho menos divino, debo de ser otra cosa...lo buscare a ver!
ResponderEliminarUn abrazo.
JC, gracias a vosotros por darme la oportunidad.
EliminarEsa es una buena actitud, me refiero a no hacer tortillas, nunca cometerás ese error, pero sí tendrás la oportunidad de reprochárselo al cocinero si se equivoca... y de escupir la tortilla sin cargo de conciencia.
Buscar una tercera categoría puede ser interesante y constructivo... lo mismo eres político.
Abrazo.
Yo creo que soy humana pero es que a veces me veo tan súper-divina... Besotes!!!
ResponderEliminarMi Alter Ego, uno es tal y como se ve. La pena es que a veces los espejos engañan... porque no son humanos jajaja
EliminarBesos.
Elvis eres maravilloso, soberbio, primoroso, expléndido, excelente, extraordinario, precioso, delicioso, eres divino.
ResponderEliminarJulio, esos elogios... ¿porque son elogios no? Vale, entonces... ¿qué me vas a pedir?
EliminarAbrazos.
Quiero un hijo tuyo.
Eliminar¿Que quieres un hijo mío?... Lo siento, Julio, sólo tengo dos y los quiero a ambos, tendrás que pedir otra cosa...
EliminarYo soy una semi diosa, voy por el mundo matando monstruos y engendros bestiales. Soy inmortal, pero no perfecta (tengo la piel seca y me tengo que echar crema cada noche).
ResponderEliminarDoctora, doy fe de que te acercas demasiado a la perfección. Cualquier día de estos te vuelves divina de la vida. Espero estar allí para verlo.
EliminarBesos.
Definitivamente con la cantidad de errores que cometo y viendo como son el resto de compañeros, yo soy el unico humano aqui, bueno y tu tambien Elvis!
ResponderEliminarJulianín, y los demás también, pero no quieren reconocerlo... Allá ellos.
EliminarAbrazo.
Interesantísima reflexión- conclusión sobre lo humano y lo divino Elvis, aunque yo he de decir que contradiciendo el método cartesiano soy humana y divina (y modesta, jejeje).
ResponderEliminarRespecto al grado de importancia de un error..mucho más grave echarle azúcar a la tortilla que dejarse la puerta abierta, dónde va a parar!
Besos y enhorabuena.
Bionda, desde luego. Echarle azúcar a la tortilla debería estar penado por la justicia. Al menos por la justicia gastronómica...
EliminarBesos.
Pues humana Elvis, terrible y mortal, humana porque si las niñas buenas van al cielo...las malas vamos todos los sitios!
ResponderEliminarBsssSsssSsss
Marta Sadie, las chicas malas, no sólo van a todos los sitios, si no que además, todo el mundo quiere acompañarlas... por algo será.
EliminarBesos.
!!Hola,Elvis!!
ResponderEliminarUn post divino,mon ami,como solo tu sabes hacerlos.Gracias por este buen rato.Muchisimos besitos.